La obesidad, un factor de riesgo capaz de desencadenar otras enfermedades, es una realidad que ha motivado a muchos a adoptar hábitos más saludables para vivir mejor, y cambiar así, fatiga, pesadez o hasta dificultad para subir escaleras por dinamismo y autonomía.
La historia de Martha y Daniel, es un testimonio que inspira. A sus 69 años, Martha Cangrejo se vinculó al programa Vitalízate sin límites de Compensar por recomendación de su médico tratante. Allí a través de clases grupales, seguimiento personalizado y monitoreo de indicadores de salud comenzó a sentirse mejor
“Se siente uno más ágil, liviano, activo, con ganas de hacer más cosas y participar en otras”, indica Martha.
La transformación de esta mujer fue tan visible que inspiró a su esposo a unirse también al programa aunque al principio, se mostraba reacio a la idea.
“Después de que mi esposa me contó tantas cosas bonitas, pues yo decidí tomar el curso también. Porque me gusta ser de ambiente y estar sonriendo todo el tiempo”, comenta Daniel.
Hoy, después de casi dos años de complementar el tratamiento médico con actividades físicas, cognitivas y sociales, los datos de valoración de la pareja dan cuenta de un cambio notable. Para Martha, el programa no solo ha impactado su salud, sino también a su familia. Su nieto, Matías, siempre la acompaña cuando tiene vacaciones y le pide que lo lleve a ver sus ejercicios.
“Y él nos toma fotos, está pendiente de mis amigas, eso se despide a todos con beso y abrazo”, expresa.
La historia de Martha y Daniel es un testimonio conmovedor de que la edad es solo un número cuando se tiene propósito y apoyo. Al igual que ellos, más de 500 personas mayores que han accedido a estos programas personalizados que demuestran que, al complementar el tratamiento médico con actividades físicas, cognitivas y sociales, es posible reescribir la historia de la salud en la edad adulta.
“Y solamente pensar que se va a encontrar uno con un grupo de amigas o de amigos ahí, eso también lo ayuda a fortalecer a uno mucho y le ayuda a subir su calidad de vida”, concluye.
Su vitalidad, reflejada en el entusiasmo por nadar, tomar clases y compartir sus logros con la familia, nos recuerda que siempre hay una oportunidad para seguir creciendo y viviendo con autonomía, vitalidad y un amor que inspira a todos a su alrededor.