Lucía Leal tiene 32 años, estudió administración de empresas y actualmente realiza una especialización en gerencia estratégica de recurso humano. Es casada y tiene dos hijos, quienes son su mayor inspiración para salir adelante.A los 18 años tuvo su primer hijo, Samuel, a quien considera su primer amor. “Fue el primero que me dio como ese motivo para seguir viviendo porque en ese momento no tenía como una luz, algo estable y él fue el que me dio la motivación de decir ‘ven qué vamos a hacer con nuestra vida’”, aseguró.Y fue 14 años después cuando la vida la volvió a sorprender de nuevo, pues se enteró que estaba en embarazo, y aunque no lo tenía entre sus planes, con todo el amor de una madre le dio la bienvenida a Evelyn, la nueva integrante de la familia.“Evelyn ha llegado como a enternecer aún más a la familia. Mi esposo me dice que siente que estamos completos, que estamos los que somos. Evelyn nació maravillosa para estos momentos”, agregó.Lucía ha recibido un gran apoyo como Beneficiaria del Auxilio Económico para Gestantes de Compensar. son $600.000 entregados en 6 cuotas mensuales de $100.000 dirigido a madres gestantes, afiliadas a la caja en calidad de trabajadoras o beneficiarias“Me ayudó bastante, fue un alivio económico cuando nació mi hija. Me sirvió para unos temas especiales de salud que tenía en ese momento. Estoy agradecida con Compensar porque este subsidio es una gran ayuda para las mamitas”, concluyó.Samuel y Evelyn seguirán siendo la fuente de inspiración de Lucía para salir adelante cada día en el cumplimiento de sus sueños.
Leonardo y sus dos hijos, Ana Victoria y Manuel, han encontrado en el karate una forma de integrar su mente y cuerpo, como símbolo de unidad, respeto y amor.La conocen como "la familia karateca" y se han venido formando en esta disciplina gracias a la pasión de Leonardo por las artes marciales, pues desde pequeño ha sido un seguidor de las películas de Jackie Chan y con el paso de los años ha logrado fortalecer su sueño de convertirse en todo un luchador.Por esta razón quiso involucrar a sus hijos desde pequeños. Junto a su hermano y su papá, Ana Victoria, la menor de la familia, ha forjado un camino marcado por el esfuerzo y la valentía, demostrando que el karate no tiene género.Desde hace dos años, los tres participan en la escuela de karate de Compensar, en donde también se preparan integralmente a través de la práctica de diferentes actividades.“Lo que brinda Compensar, como dice su lema es bienestar. Acá todos los cursos brindan algo. Y es al gusto, el que tú deseas y son asequibles. Y es gracias a esa accesibilidad que uno ve la alegría de ellos de poder estar en varias cosas que a veces uno cuando pequeño no tuvo esa oportunidad”, asegura Karen, mamá de Ana Victoria y Manuel, quien además también tiene inscritos a sus hijos en piano, bolos y fútbol.El deporte se ha convertido para esta familia en una herramienta que les brinda seguridad y confianza, al mismo tiempo que se preparan para el futuro.
Fernanda Ríos estudió marketing y es la actual CEO del grupo corporativo Laboratorios Decno, y aunque no es veterinaria de profesión, ni química farmacéutica, ya se considera una de ellas, pues lleva 22 años trabajando en ese sector.Todos los días se relaciona especialmente con madres cabeza de hogar, pues la empresa cuenta con 173 colaboradores, de los cuales el 85 % son mujeres.“Trabajar con mujeres es bastante interesante, sabes, a pesar de que la gente siempre dice, 'uy, entre mujeres se dan palo', 'entre mujeres, es difícil', mira que no, es muy bonito, porque la verdad es que la solidaridad que se maneja entre nosotras es bien importante”, resalta.Su determinación inspira a otras a seguir sus pasos y a creer en el poder de sus habilidades para alcanzar los sueños.“Nosotros trabajamos con una parte productiva muy alta y decidimos en su momento trabajar con madres cabeza de hogar y aportar en esta parte social al país, generando empleo para estas madres que necesitan sostener sus hogares”, agregó.Actualmente, Laboratorios Decno cuenta con servicios a nivel nacional y en el exterior. Está presente en 14 países desde Centroamérica, Sudamérica e incluso ha llegado hasta Emiratos Árabes, convirtiéndose en un orgullo colombiano.El apoyo de Compensar ha sido clave, en especial, para sus colaboradores: “La relación con Compensar ha sido muy importante. Hemos recibido respaldo en la parte recreativa, ayudas en la parte de salud, de habitabilidad, hemos tenido un apoyo muy grande desde ese punto de vista", agregó.Para Fernanda, ser mamá es su proyecto más grande y bonito, el cual ha logrado mezclar perfectamente con su trabajo. “Tengo un hijo que aprecia mucho lo que yo hago. Entonces para mí ha sido lo mejor. Creo que es la mejor profesión que tengo”, concluyó.
Ana del Carmen tiene 42 años y una visión clara de la vida que quiere para ella y sus cuatro hijos: una donde no haya espacio para la violencia, el maltrato, ni el miedo.Su historia es un símbolo de superación y valentía, y aunque vivió años de sufrimiento por cuenta de su expareja, hoy en día trabaja con disciplina para construir junto a su familia un hogar lleno de armonía, lejos de aquella época de dolor físico y sicológico."Quedé embarazada a los 16 años y medio y él me hizo perder al bebé. Me fui a vivir con él porque decían que el primer hombre que uno distinguiera era el esposo para toda la vida. Duré 17 años con él", recuerda Ana.Una mañana, mientras llevaba a sus hijos a la escuela, tuvo la oportunidad de hablar con un psicólogo. Aquella conversación abrió sus ojos y empezó a considerar la posibilidad de escapar, aunque el miedo a pasar hambre la detenía. No obstante, un día se decidió, encontró la fuerza, y salió de allí junto a sus hijos, con la convicción de no volver jamás. Este fue el primer paso en su camino hacia la libertad.Si bien enfrentó muchas dificultades en el proceso, ha logrado sobreponerse a todas. Desde hace seis años y medio trabaja en la minería, un sector históricamente priorizado para hombres, en el cual ha sido menospreciada por algunas personas, pero donde también ha encontrado manos amigas que le han enseñado y ayudado a salir adelante.“Trabajé en la agricultura como nueve meses, y en restaurantes a veces porque me daban comida. Ahí le dije a un señor que tenía minas que quería aprender a escoger carbón, y ahí fue cuando él me dio la oportunidad y aprendí. Trabajé en Gachaneca (Cundinamarca), mi experiencia con el patrón no fue muy buena, el señor me humillaba harto, entonces ya me vine para otra empresa donde me enseñaron y ahí me fue lo más de bien con ellos”, agrega.Y aunque en su camino ha tenido que afrontar muchas adversidades, como un incendio que destruyó la casa donde vivía, está feliz porque ha tenido el valor y la fuerza para resurgir de las cenizas."Después de unos 3 años se quemó la casita con todas las cosas que ya medio había sacado adelante. Se quemó todo y toca volver a comenzar, y pues la tristeza le da a uno como depresión, pero me tocó mirar a mis hijos y decir, no, sigo adelante. Y seguí adelante pues ya la gente me ayudó, porque eso sí lo digo yo, las personas me ayudaron a regalarme ropa porque no tenía", relata con gratitud.Actualmente trabaja en una mina ubicada en Guachetá, Cundinamarca, y sin pensarlo se convirtió en un símbolo de esperanza para todas las mujeres que han sufrido violencia. Su historia inspira a alejar los miedos y buscar un cambio.Ella demuestra cada día que el amor propio es una herramienta poderosa para levantarse en medio de las dificultades y construir un mejor futuro, y en esa medida envía un mensaje a todas las mujeres que han vivido, o que puedan estar viviendo en este momento alguna situación similar, para que alejen sus miedos y cambien su vida."Si alguien la golpea, la trata mal, no se deje humillar, salga, no se encierre en la casa. Salgan adelante que solas pueden. Yo sé que solo uno puede", concluye.
Carlos Andrés Camacho tenía 13 años cuando descubrió que quería dedicar su vida al patinaje. Fue exactamente un día que acompañó a Natalia, su mejor amiga de la infancia, a una carrera distrital en un Parque Recreodeportivo de Bogotá, que se enamoró profundamente de este deporte.La vio patinando a toda velocidad en la pista, compitiendo junto a otros niños por el primer lugar. Se entusiasmó a tal punto que en ese momento entendió que viviría para andar en patines, más aún, cuando al final de la carrera, Natalia le regaló los que había usado en la competencia.“Todos los días decía ‘mami, méteme a un club, méteme a un club, quiero entrenar, quiero ser como mi amiga Natalia’", recuerda. También te puede interesar: ‘A la obra’, un programa de Compensar que construye sueños y transforma vidasAtendiendo el llamado de Carlos Andrés, y viendo su genuino anhelo, su madre, Rosa Camacho, lo inscribió en clases de patinaje en el Club Compensar, un lugar en donde ha logrado sacar su máximo nivel, y donde ratifica cada día que tiene madera de patinador profesional.“Avancé muy rápido, siempre fui energético, nunca me quedaba quieto. Aquí comencé en la Escuela de Iniciación, pasé muy rápido a Avanzado; en Avanzado duré varios meses hasta que me presenté a Semillero y pasé. Hasta ahora he subido bastante nivel, pues pasé al Selectivo y ya he corrido nacionales y distritales”, cuenta Carlos Andrés con la satisfacción de saber que escogió bien su vocación.Una rutina exigenteLa disciplina ha sido la clave de su éxito, pero también uno de los grandes retos. Mantener el equilibrio entre sus responsabilidades educativas y los tiempos de entrenamiento, sin descuidar ninguna de las dos áreas, le ha demandado constancia y dedicación; sobre todo en los últimos años.Entra a las 6:15 a.m. al colegio y sale a las 12:00 del mediodía. Llega a su casa, almuerza y se prepara para salir a entrenar. Además, al tiempo que cursa su bachillerato, está realizando un Técnico en Sistemas en el Sena, por lo cual algunos días debe atender clases hasta las 4:30 de la tarde.“Esos días salgo a las 12:00, pero tengo que seguir en el colegio teniendo clase de 1:00 p.m. a 4:30 p.m., entonces ese día tengo que salir corriendo, llego a mi casa, me cambio rápido y vengo a entrenar, dependiendo del día. Entreno en pista o en el velódromo. Pasé de entrenar dos días, que eran sábado y domingo, a entrenar cinco días”, explica sobre sus rutinas. Lee también: De Ciudad Bolívar a Alemania, el camino de Breinner para cumplir sus sueñosA pesar de la exigencia, disfruta lo que hace, más aún porque entiende que el entrenamiento riguroso ha sido un pilar fundamental para alcanzar todos los logros que ha conseguido hasta ahora y, por supuesto, los que vienen.A finales del 2022 fue su primera competencia a nivel distrital, una experiencia que le dejó grandes enseñanzas y que lo motivó a prepararse mucho mejor para las pruebas que vinieran posteriormente.Una carrera por sus sueñosCarlos Andrés es consciente de su talento, sabe las oportunidades que tiene para perfeccionar su técnica, y sobre todo, reconoce el apoyo incondicional de su familia en ese camino.Su mamá le compró las ruedas para competir, y su hermana le regaló unos patines nuevos, de ahí su agradecimiento con ellas, sus dos motores de vida.Por su parte, la señora Rosa, testigo del talento de su hijo, recuerda lo difícil que fue verlo crecer en riesgo de ser vulnerable a los peligros de la calle y a las malas influencias.“Nosotros vivíamos en San Cristóbal y muchos chicos se retiraban del colegio, y los veía uno en la calle esperando ver a alguien mal parqueado. Para evitar esto decidí apoyarlo. Ya salía del colegio, hacia sus tareas y venía entrenar. Fue una forma de mantenerlo alejado de la calle”, explica la orgullosa madre.Hoy en día, con 16 años, Carlos Andrés tiene claro cuál es su objetivo deportivo. Quiere competir, ganar medallas, ser un patinador profesional que le de muchas alegrías al país, pero sobre todo, vivir feliz, haciendo lo que más le gusta, en compañía de su familia.“En este momento mi mayor meta es ganar una medalla en el nacional o ganar oro en un distrital. Mi sueño más grande es ser feliz. En cuanto a mi vida amorosa, mi vida con mi familia y el deporte es lo único importante para mí. Estoy muy agradecido por el apoyo de Compensar, y de los entrenadores principalmente. Muchísimas gracias por todo lo que me han apoyado, por tener fe en mí", concluye.
En 2022, Sandra Marleny Santa cumplió su objetivo de tener casa propia. Recibió en ese entonces una vivienda en obra gris que, con mucho amor, y con apoyo del programa ‘A la obra’, de Compensar, logró convertir en un hogar lleno de color para ella y su hija Gabriela.Sandra, una madre cabeza de hogar, jamás ha descansado en su objetivo de buscar mejores condiciones de vida para ella y su familia, incluso en los momentos más difíciles, como cuando ‘Gabi’, como le dice con amor, fue diagnosticada con parálisis cerebral espástica antes de cumplir un año.“Me dijeron que la niña no iba a caminar, no iba a rolar, no iba a hablar, y pues a pesar de que ha pasado el tiempo, habla perfecto, rola, se arrastra, pregunta. Cognitivamente es perfecta, entonces ha sido un proceso largo. A pesar de su discapacidad, es una niña sana”, explica agradecida.Te puede interesar: De Ciudad Bolívar a Alemania, el camino de Breinner para cumplir sus sueñosSu hija es fuente de motivación para ella, y en esa media le ha correspondido. No se ha permitido desmoronarse ni darse por vencida, y por el contrario, tiene combustible suficiente para seguir luchando para brindarle las mejores condiciones posibles. Por eso, tras muchos años de buscar, intentar y trabajar, en septiembre de 2022 logró acceder a esa casa propia que tanto habían anhelado; el primer gran paso en ese camino hacia una vida más tranquila, cómoda y digna.Cumplido ese objetivo, emprendió un nuevo reto: convertir esa casa en un verdadero hogar.Fue entonces que encontró en su camino ‘A la obra’, un programa que ofrece ayuda a aquellas personas que no pueden costear los acabados básicos de las zonas comunes de sus inmuebles, proporcionándoles los recursos necesarios para convertir sus casas en espacios acogedores y funcionales, y en el caso de Sandra y Gabi, realmente les cambió la vida.“La asistencia para más que todo el baño de Gabriela es muy difícil. La niña ya está muy grande y el tema de alzarla es complicado. Ya tiene su baño, el espacio es impresionante, es demasiado visible, iluminado, tiene todo para la condición de ella, entonces es espectacular, me cambió la vida totalmente. Nos la cambió a las dos”, dice Sandra.Lee además: Caparrapí, un municipio emprendedor que siembra semillas de progresoGracias a "A la obra", Sandra y Gabi experimentaron una verdadera transformación en su hogar. Desde la renovación de los acabados hasta la creación de espacios adaptados a las necesidades de Gabi, cada detalle contribuyó a convertir su casa en el lugar ideal para vivir y soñar juntas.“El tema de 'A la obra' de Compensar fue un fue un asombro para mí porque la verdad no sabía el tema, en la empresa, la mayoría somos madres cabezas de hogar, nos motivamos entre todas”, agregó.Desde su lanzamiento en 2019, el programa "A la Obra" ha beneficiado a más de 2.800 personas como Sandra, proporcionándoles las herramientas necesarias para pasar de vivir en una obra gris a disfrutar de la vida en un hogar lleno de color y posibilidades.A través de este programa, Compensar ha demostrado su compromiso con el bienestar de la comunidad y su capacidad para transformar vidas a través de la construcción de sueños.
Según el DANE, dos de cada diez jóvenes entre los 15 y los 28 años no estudian ni trabajan, una estadística que Breinner Fuentes, un tecnólogo en Electricidad Industrial del Sena, decidió vencer.Como miles de colombianos, se dio cuenta de que el entorno social no es una limitación para salir adelante; la clave, para él, está en levantarse todos los días con la mejor energía para trabajar por su proyecto de vida.Fue gracias a esa disciplina y determinación que pudo viajar a Alemania, un país en el que continuará sus estudios y donde ya logró ubicarse laboralmente con apoyo de la Agencia Transnacional de Empleo de Compensar.“Soy un chico humilde de Ciudad Bolívar. Era bastante duro solventar necesidades como la comida, el arriendo; cada día existe un reto muy difícil, y hay que superarlo con valentía, con gallardía, con mucha fe en uno mismo. Si se tiene fe en uno mismo, se logra lo que se quiere”, explica recordando algunas etapas de su vida.Antes de iniciar sus estudios en Electricidad Industrial, quería ser cirujano, pero la vida lo fue llevando por otro camino, hecho que hoy en día agradece porque ahora vivirá en un país que nunca imaginó.“Yo no sabía que existía esta agencia transnacional; ellos fueron los primeros que abrieron las puertas al mercado laboral extranjero. Desde el primer momento, ellos llaman ‘¿cómo vamos?, ¿para cuándo es el viaje?, ¿qué les hace falta? ¿cómo van con el estudio?, ¿qué has aprendido?’. Todo esto es tan grato en Compensar... saben ser personas, saben cuáles son las necesidades que uno pasa, entonces sí es muy grato tener una agencia como Compensar que lo esté llevando a uno de la mano”, cuenta con entusiasmo.También te puede interesar: José Esneider demuestra al mundo que los sueños no tienen fecha de caducidadPero sus sueños no son individuales. Este bogotano, el menor de dos hermanos, lleva el amor por Colombia en las venas y, por eso, sueña con traer de Alemania todos los conocimientos posibles para aportar en el futuro al desarrollo del país.“En unos 10 o tal vez 20 años puedo aportar a la economía colombiana desde el punto de vista europeo. Se sabe que ellos son muchísimo más avanzados en fotovoltaica, en energías renovables. Creo que va a ser un logro muy importante para mí el ayudar a Colombia a crear unas energías acá; no depender tanto del carbón, sino ayudar más bien al planeta”, explica.A pocos meses de su viaje, y con la nostalgia que ello representa, Breinner reconoció que encontró en su familia la motivación permanente para forjar esa determinación que lo ha llevado lejos.“Mis padres son mi mayor inspiración, por ellos estoy acá; creo que la crianza que me dieron es muy importante para lo que soy ahora. Es una experiencia nueva para mí y va a ser una experiencia nueva para ellos. Tan rápido como yo pueda, llevarlos para Alemania”, agrega.Mientras llega ese anhelado momento, Breinner sigue construyendo desde Europa los cimientos de su nuevo proyecto de vida, con el deseo de volver a Colombia para contribuir al desarrollo colectivo.
José Esneider Fontecha es un hombre perseverante, berraco y con determinación. Vivió situaciones que lo llevaron al borde de la angustia y la frustración, pero ninguna fue tan fuerte para vencer su temple.Es ejemplo de tenacidad y persistencia, y la prueba fehaciente de que la edad no es impedimento cuando se quiere salir adelante.Tenía 37 años cuando decidió retomar sus estudios en Administración Logística, y hoy, con 39 años, y de la mano de la Fundación Universitaria Compensar, está a punto de graduarse como técnico; el primer gran paso en su proyecto de vida."He tenido sucesos anteriores donde he fallado, he tenido obstáculos, pero hoy estoy aquí feliz de decir que estoy en cuarto semestre, y hoy por hoy, con toda seguridad, puedo decir que este semestre va a ser uno de los más especiales en mi vida y de mi familia porque me voy a graduar como técnico", cuenta con mucha ilusión.También te puede interesar: Marlon García, un colombiano que ratifica que los sueños no tienen fronterasAdemás, su vida no se enfoca solamente en ser un estudiante ejemplar, también cumple con honores su labor de padre, esposo y trabajador, funciones que le demandan por lo menos 18 horas diarias, lo que para cualquier persona podría significar una gran carga, pero no es el caso de este llanero, que tiene claros sus objetivos en la vida."Actualmente trabajo para una compañía multinacional en logística como jefe de operaciones y me veo siendo el director Latam de la compañía. Ese es mi sueño", agrega con entusiasmo.En ese viaje no va solo. Junto a él está presente siempre su familia; esa inspiración y motivación que su vida necesita para que sus planes marchen bien y sus sueños sigan fluyendo."Creo que es la parte esencial para que todo esté funcionando, es el piñón más fuerte que existe en el engranaje para que esto no falle. Siempre están ahí dándome ánimo y fuerza", reflexiona.Esneider es una de las más de 1.000 personas que estudian becadas en la Fundación Universitaria Compensar, un apoyo económico que reconoce y agradece, porque le ha permitido brindar mayor bienestar a su familia."Hoy estoy becado con el 75% del valor total del semestre. Esto es un apoyo inmenso para mí, para mi familia, teniendo en cuenta que no tengo que pagar el semestre completo. Parte de ese apoyo que me da a mí Compensar se lo reflejo a mi hijo en un buen jardín, en un buen uniforme, en unos buenos tenis, en una buena ruta escolar", añade.El esfuerzo, la tenacidad y la persistencia le han permitido a Esneider abrirse camino, demostrando con acciones que nunca es tarde para alcanzar las metas; también para ser un ejemplo de inspiración porque, al ser el mayor de su clase, sin darse cuenta, está dando una lección de vida a las futuras generaciones, de que los sueños se cumplen, mientras se trabaje con determinación por ellos.Asimismo, puede decir sin duda alguna, que nunca es tarde para volver a empezar un proyecto de vida."Aquellas personas que sienten que hoy por hoy tener 30, 40, 45 años ya es tener demasiada edad para iniciar algo, quiero decirles que es mentira, que yo soy el fiel reflejo que tuvo fracasos anteriores en instituciones diferentes, y hoy estoy aquí, que tengo una familia también, que estoy respondiendo por ella", concluye.
El municipio de Caparrapí, en el departamento de Cundinamarca, ha experimentado difíciles momentos en su historia por cuenta del conflicto armado, no obstante, gracias a su gente buena y emprendedora, hoy es un territorio de paz donde sus habitantes trabajan arduamente por dejar en el pasado esos recuerdos oscuros, y por construir un futuro próspero.De sus fértiles tierras, además de plátano, caña y café, brota la semilla del progreso y se cosechan historias de superación, como la de Luis Alfonso Ávila, un caficultor local que ha visto florecer el desarrollo en su comunidad, con apoyo del programa Bienestar Rural, de Compensar.“Yo sí le agradezco mucho a Compensar, por todo lo que ha hecho por nosotros, por mí, por mi familia, mis campesinos, mis caficultores, todo lo que nos han enseñado, no tengo palabras para darle estos agradecimientos”, expresó Luis.Poniendo en práctica los conocimientos adquiridos, este emprendedor se convirtió en un lider y en una fuente de generación de empleo en la región, sobre todo para mujeres cabeza de hogar y jóvenes.“Yo siempre había soñado que alguien se fijara en ese proyecto, que no me beneficiaba a mí como tal, sino que beneficia a muchas personas: los que nos venden el café, las señoras que trabajan, los jóvenes; hay mucha gente que ya ve este proyecto como una forma diferente de transformar el campo”, agregó.Te puede interesar: Óscar Vanegas: el fotógrafo de Compensar que deja huella por su labor con los animalesAdemás de Luis, más de 9.200 personas fueron beneficiadas en 2023 con esta iniciativa, y así lo reconoce Mireya Garzón, presidenta del Consejo Consultivo de Mujeres de Caparrapí, una líder regional que encontró en Bienestar Rural un apoyo a su labor de fortalecimiento al liderazgo femenino.“Cuando llegó Compensar nos ayudó a entender esa política pública, le han cambiado la vida a mucha gente a la tercera edad, a las mujeres. Todas las personas que hacen parte de Compensar acogen como si fueran familia y enseñan a las personas a salir de circunstancias tan difíciles y ver qué hay forma de solucionarlo”, explica Mireya.Por su parte, Miriam Castro, otra beneficiaria de esta iniciativa, destaca el impacto positivo entre su comunidad, y la calidad humana de los profesionales del programa."Los martes de 2:00 a 4:00 de la tarde nos hacen bailar, nos hacen escribir, nos dan refrigerio. El refrigerio que nos están dando es muy especial, nos atienden muy bien esas cinco profesoras que tenemos; las adoramos, porque ellas sacan el rato para nosotras, para estar felices", dijo Miriam.Además, los niños y jóvenes de las escuelas rurales de Caparrapí están sembrando un mejor futuro a través del Plan Lector, otro programa emblemático de Compensar en la zona.Esta iniciativa, que desde hace 8 años lidera Compensar en diferentes zonas rurales del departamento afectadas por el conflicto armado, tiene como objetivo sembrar las raíces del desarrollo en el campo, teniendo como foco tres ejes: inclusión social territorial, inclusión económica e inclusión habitacional.Desde entonces, ha dejado una huella de paz y desarrollo en cerca de 16 municipios de estas tierras que por años fueron territorio de violencia, incertidumbre y miedo, pero ahora florece la semilla de la productividad del campo, los sueños y el bienestar.
Después de esta reunión, Yeimy le promete a Rizzo dar la ubicación exacta de Dúver Cruz, porque ella sabe lo que está en juego. Asimismo, el agente le dice que por Erick se puede conseguir algún tipo de información.No te pierdas La Reina del Flow en las noches de Caracol Televisión o en la señal en vivo.
Lucio le entrega un dinero para intentar que el hombre coopere con la información solicitada. A lo que él se pone en la tarea de conseguirla y cuando tiene los primeros datos se los muestra a Manín.No te pierdas La Reina del Flow en las noches de Caracol Televisión o en la señal en vivo.
Cuando Juancho le dice que todo es cierto, Catalina le pide perdón por haber desconfiado de él. Tras este hecho, él llama de inmediato a Yeimy y le dice que si pueden dialogar un momento.No te pierdas La Reina del Flow en las noches de Caracol Televisión o en la señal en vivo.
Cuando se encuentra con todos los de su equipo, les reclama por qué no lo han felicitado en este día tan importante; sin embargo, minutos después es sorprendido por Rosmery.No te pierdas Nuevo Rico Nuevo Pobre en las noches de Caracol Televisión o en la Señal En Vivo. Puedes revivir los capítulos aquí.
Al pasar por el puesto de Rosmery, ella le entrega unos chocolates y él queda muy agradecido al ver que fueron dos paquetes de este dulce. Ella es muy gentil y le desea lo mejor en este día tan importante.No te pierdas Nuevo Rico Nuevo Pobre en las noches de Caracol Televisión o en la Señal En Vivo. Puedes revivir los capítulos aquí.
Por lo cual, uno de sus compañeros deja caer un florero para que a ella no la descubran. Después va por un recogedor y limpia los vidrios, y trata de modificar su respuesta anterior, para que nadie se dé cuenta de lo ocurrido.No te pierdas Todo por mi familia en las tardes de Caracol Televisión o en la Señal En Vivo. Mira los capítulos aquí.
Karsu le dice a su mamá que Reha la puso en contra de sus hijos y todo el problema que tuvo en la casa de él. Ahí su progenitora le dice que no encontrará un empleo con el mismo salario y se preocupa por ello.No te pierdas Karsu en las noches de Caracol Televisión o en la Señal En Vivo. Puedes revivir los capítulos aquí.
Aunque Melek insiste en que ella no está bien, Mirza le dice que saldrá del hospital y harán diferentes actividades. Trata de animarla, pero continúa llorando por este motivo.No te pierdas El destino de Melek en las tardes de Caracol Televisión o en la Señal En Vivo Puedes revivir los capítulos aquí.
Andrés confiesa que en su anterior vivienda no le celebran de esa manera su cumpleaños y que por eso está muy feliz con todo lo que Rosmery le está dando. Tanto así, que le da las gracias por las medias que le entregó.No te pierdas Nuevo Rico Nuevo Pobre en las noches de Caracol Televisión o en la Señal En Vivo. Puedes revivir los capítulos aquí.
En el capítulo 72 de Yo Me Llamo Mini, las emociones se apoderan del escenario con seis potentes presentaciones que dejan sin palabras al jurado y a los televidentes. La noche comienza con Mini José José, quien interpreta 'Y quién puede se'r con gran sensibilidad y elegancia. Su característico tono melancólico y su impecable vibrato logran conectar con el público y reciben aplausos por parte del jurado, que reconoce su disciplina vocal.Luego llega Mini Amanda Miguel con una interpretación poderosa de 'Dudas', que literalmente deja sin habla a César Escola y Aurelio. Amparo, profundamente conmovida, dice que se eriza de brazo y pierna, mientras Escola afirma que solo tiene elogios para ella. Rey Ruíz, por su parte, asegura que jamás había visto cantar a una niña con tanto sentimiento, destacando su talento como algo “fuera de serie”.Mini Carin León también da de qué hablar, no solo por su voz rasposa característica, sino por un sorprendente cambio de look: ahora luce una barba postiza, en respuesta a un comentario de Aurelio en galas anteriores. Interpreta 'Me la aventé' y se gana a los jurados, que aúllan, ríen y celebran su evolución. Aunque hay algunas observaciones sobre afinación, el consenso es que su interpretación fue fuerte y auténtica.En otra actuación destacada, Mini José Feliciano canta 'Para decir adiós' con tanto sentimiento que hace llorar a Laura Acuña. Su interpretación con guitarra emociona al jurado, y Escola resalta que tiene una voz impresionante que logra tocar el corazón. También brillan Mini Mon Laferte, con 'Amárrame', y Mini Shakira, con 'Te felicito', quienes mantienen el nivel artístico de la gala.Al final del capítulo, cada jurado elige a su favorito: Escola escoge a Mini José José, Rey a Mini Amanda Miguel, Amparo a Mini Mon Laferte y Aurelio a Mini José Feliciano. Lamentablemente, los eliminados de la noche son Mini Carin León y Mini Shakira, quienes abandonan la competencia tras no ser seleccionados como los mejores del episodio.Quiénes cantan en el capítulo 72 de Yo Me LlamoYo Me Llamo Mini José José canta ‘Y quién puede ser’ de F. Martínez y F.López.Yo Me Llamo Mini Amanda Miguel canta ‘Dudas’ de M. Boccadero, A. Miguel y G. Carballo.Yo Me Llamo Mini Carin León canta ‘Me la aventé’ de Ó. Díaz y J. González.Yo Me Llamo Mini Shakira canta ‘Te felicito’ de A. Acosta, R. Ocasio, K. Cruz, L. Palacios, S. Mebarak, A. Meléndez, S. Múnera y A . Uribe.Yo Me Llamo Mini Mon Laferte canta ‘Amárrame’ de Norma Monserrat Bustamante Laferte.Yo Me Llamo Mini José Feliciano canta ‘Para decir adiós’ de Roberto Luis Figueroa.No te pierdas Yo Me Llamo en las noches de Caracol Televisión o en la Señal En Vivo . Puedes revivir los capítulos aquí y en ditu.
En el capítulo 72 de Yo Me Llamo Mini, se da un intento fallido de rap por parte de Aurelio. Aunque se animó a mostrar sus habilidades frente a los niños y sus compañeros jurados, finalmente la presión pudo más y prefirió no hacerlo. El momento genera risas entre todos, sobre todo cuando le advierten en broma que, si sigue peleando con Rey Ruíz, traerán al temido Búfalo.Durante la noche, los pequeños imitadores sorprenden con presentaciones poderosas y conmovedoras. Mini Amanda Miguel deja sin palabras a Escola y Aurelio con su potencia vocal, mientras que Mini José Feliciano logra tocar las fibras más sensibles del público y provoca lágrimas en la presentadora Laura Acuña.También destaca Mini Carin León, quien aparece con un nuevo look inspirado en un comentario de Aurelio. Su barba postiza y actitud escénica provocan hasta aullidos del lobo. Además, Mini José José, Mini Mon Laferte y los demás participantes evidencian avances claros en su proceso, demostrando que cada gala los acerca más a convertirse en verdaderas estrellas.Eliminados Yo Me Llamo Mini capítulo 72En esta ocasión, los eliminados del capítulo 72 son Yo Me Llamo Mini Carin León y Yo Me Llamo Mini Shakira, quienes se despiden del escenario entre aplausos y palabras de cariño del jurado. Por otra parte, los Mejores de la Noche son yo Me Llamo Mini José José, Amanda Miguel, Mon Laferte y José Feliciano.No te pierdas Yo Me Llamo en las noches de Caracol Televisión o en la Señal En Vivo . Puedes revivir los capítulos aquí y en ditu.
Durante el capítulo 72 de Yo Me Llamo Mini, uno de los momentos más conmovedores de la noche llega con la presentación del imitador de José Feliciano, quien logra estremecer a todos los presentes con su interpretación del clásico 'Para decir adiós', de Roberto Luis Figueroa. Mira también: Quién es la persona detrás de Aurelio Cheveroni, así se ve en la vida realDesde sus primeras notas, el pequeño artista demuestra no solo una voz potente, sino también una gran capacidad de interpretación, conectando con el público y con el jurado de manera profunda.Laura Acuña, presentadora del programa, no puede contener las lágrimas frente a la sensibilidad y autenticidad de la presentación. Mientras el mini Feliciano avanza con seguridad tocando la guitarra, Laura se emociona visiblemente, reflejando la capacidad del niño para llegar al alma de los espectadores.Los elogios no se hacen esperar. Amparo Grisales confiesa que se eriza con su voz y lo califica como "maravilloso". Aurelio también lo felicita, destacando su potencia vocal. Por su parte, César Escola resalta el sentimiento que transmite.Mira también: Yo Me Llamo Mini Bob Marley apareció sin estar caracterizado: además de cantante, es modeloActo seguido, el pequeño canta algunos versos de 'La copa rota', llevándose más aplausos y elogios. Por otra parte, hace uno de sus característicos chistes que hacen sonreír a los presentes. No te pierdas Yo Me Llamo en las noches de Caracol Televisión o en la Señal En Vivo . Puedes revivir los capítulos aquí y en ditu.