Gustavo tiene la candidata perfecta, la psicóloga de la clínica Santamaría, para que juzgue si Moncho pasa o no como costeño. Para que ella no sospeche, Gus se lo remite como un paciente que le tiene fobia a los costeños y necesita terapia.
Ella queda impactada desde el primer momento que lo ve y no puede creer el gran parecido que existe entre él y Gustavo. Aunque intenta disimularlo, es evidente que le quedó gustando Ramón Abuabara.