Moncho recibe la noticia más triste que alguna vez imaginó, su amada Lorna ya no está dispuesta a seguir viviendo en una ciudad que no le ha traído nada bueno y compra tiquetes para irse para su amada Barranquilla para estar junto a su abuela Pati.
Inundado en sentimientos de tristeza, Moncho visita a su exnovia en la casa de Bárbara y al despedirse las lágrimas brotan de sus mejillas, le pide que no se vaya y que le de una segunda oportunidad para retener su corazón.