Hace 14 años Emiro Quevedo plantó una semilla para su futuro y hoy, fruto de su esfuerzo y dedicación, lidera su propia empresa y genera empleo directo para 30 personas.
Como muchos emprendedores, reconoce que hubo momentos de incertidumbre antes de dar el primer paso, aún así, con determinación, compromiso y positivismo, dejó florecer sus sueños.
“En el caso mío no sabía si la empresa iba a funcionar, pero eso es lo que tiene uno que ver. Estar positivo que las cosas se van a dar. Mi sueño más grande es llegar a tener mi empresa mucho más grande para poder tener muchos más empleos y poder colaborar a la humanidad”, dice Emiro.
Los orígenes de Arboleda, su empresa, se remontan a cuando fue trabajador en Compensar, hace 14 años. Para ese entonces se desempeñaba como jardinero, y a pesar de que ese oficio era su mayor pasión, sabía que debía tomar un camino diferente para poner en marcha un proyecto de vida en el que pudiera tener mejores oportunidades para él y su familia.
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En ese camino, tal y como recuerda, ha encontrado en
“Empecé siendo jardinero acá en
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Con el espíritu propio de los emprendedores, este padre de familia y esposo trabaja todos los días con talento, pasión y compromiso para que su empresa siga echando raíces, y a través de ella contribuir a cultivar un mejor país.
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Asimismo, espera que, como él, más colombianos se animen a proyectarse y construir un mejor futuro, de ahí la invitación que hace a todas las personas que tienen el deseo de emprender.
“Dejen el miedo, porque con disciplina y mucho esfuerzo se logran los sueños”, es su mensaje, con el cual invita a vencer la incertidumbre con positivismo y compromiso.