Antes de su muerte el pasado domingo a consecuencia de un cáncer , David Bowie dejó claro su deseo de que no se celebrara un funeral en su honor porque quería ser recordado únicamente por su música, por lo que su cuerpo sin vida fue incinerado en Estados Unidos el mismo día de su fallecimiento sin la presencia de sus familiares o amigos en una ceremonia que habría costado entre 634 y 830 euros (690/900 dólares), según informa el Daily Mirror.
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"En muchos aspectos no necesitas celebrar un servicio o un funeral para recordar a David, en su lugar tenemos su música. Él habría querido desaparecer sin ningún escándalo ni fanfarria. Ese sería su estilo. Su último álbum, 'Blabckstar', fue su mensaje de despedida a sus fans", afirma una fuente al periódico.
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Sin embargo, los admiradores del cantante podrán despedirse de él en los numerosos conciertos homenaje que ya se están organizando y que tendrán lugar el próximo mes de febrero.
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