Entre versos y reflexiones, poetas de 12 países iniciaron este domingo una "revolución poética" al dar un recital virtual que transmitió un mensaje de fuerza y esperanza para "abrazar" a la humanidad que está confinada por la pandemia del COVID-19.
La iniciativa 'Imagina el Mundo', organizada por el Movimiento Poético Mundial (WPM, por sus siglas en inglés) y coordinada desde Medellín, tuvo como hilo conductor una lectura de poemas que terminó en un diálogo desde cuatro continentes sobre humanismo, justicia y solidaridad.
"La poesía puede llegar a constituirse en un espíritu fundamental en este momento de la historia", expresó a Efe el director del Festival Internacional de Poesía de Medellín, Fernando Rendón, quien lideró el recital.
Agregó que cuando los seres humanos están "disgregados" y no pueden comunicarse, la poesía "puede llegar a unir profundamente y esencialmente", en este caso, desde el "mundo virtual".
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"La poesía es el abrazo generoso, el abrazo fraterno", aseguró Rendón, quien instó a terminar con odios y divisiones al considerar que es el momento de la "justicia" y de "mirar hacia los desposeídos".
Unir fuerzas poéticas
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Esta lectura de poemas, que dio inicio a un ciclo de acciones poéticas, permitirá que el diálogo entre poetas, pensadores, académicos y científicos se "abra paso" en tiempos complejos.
Para Rendón, este ejercicio virtual, que saltó por países como Estados Unidos, Nigeria, Nepal, Rusia, Colombia, Turquía, Francia y Sudáfrica, llamó a la "unidad" de las fuerzas poéticas, artísticas y espirituales para marchar hacia una "revolución poética mundial".
"En un momento de gran desesperanza, no deja de ser aliento, consuelo y energía para la gente", señaló el miembro del WPM sobre el encuentro poético trasmitido por Facebook y YouTube, en inglés y español.
El Movimiento Poético Mundial, creado en 2011 durante el Festival Internacional de Poesía de Medellín, lo integran cerca de 600 organizaciones entre festivales, escuelas de poesías y proyectos poéticos de todo el mundo.
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Viaje por continentes
El viaje de profundas reflexiones lo inició desde la intimidad de su casa el legendario poeta estadounidense Jack Hirschman, que hizo parte de la Generación Beat, leyendo su poema "All That's Left" y recitando "Acta", del salvadoreño Roque Dalton.
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"El poema es el instrumento más importante para lograr un mundo sin guerras, donde nadie viva en la miseria y la enfermedad", enunció Hirschman.
Con el poema "Reencarnación" se unió desde India Rati Saxena, directora del Festival Internacional de Poesía de Kerala, mientras que el poeta turco Ataol Behramoglu cumplió el propósito de "abrazar" con cada fragmento de "Sometido a asedio" y "Si muero, moriré al atardecer".
"La poesía no es hablar, es tocar con las palabras y el lenguaje más humano", apostilló el turco.
En el recital también participó la activista de paz nigeriana Ayo Ayoola-Amale dedicando sus versos a África, una dinámica palpable en las intervenciones del keniano Christopher Okemwa, director del Festival Internacional de Poesía Kistrech, con "Crepúsculo por la pradera", mientras que el poeta sudafricano Zolani Mkiva conmovió con la lectura de los poemas "Dios bendiga a África" e "Hijo del suelo".
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"Es un año inusual; las circunstancias han cambiado", soltó Mkiva en su intervención.
Con su poema "Felicidad" se pronunció el nepalí Keshab Sigdel desde Katmandú al compartir sus versos en tres idiomas, después de la participación del cubano Alex Pausides con "Oxígeno" y del poeta ruso Vadim Terekhin, copresidente de la Unión de Escritores de Rusia, quien leyó "Palabra y Música" y "Agua".
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La poeta sueca Agneta Falk inquietó al recitar "Montaña Trémula", poema que dedicó a las jóvenes que han sido traficadas en redes de prostitución.
Versos contra el COVID-19
Este ejercicio lo alimentó con la potencia expresiva de los poemas "Pueblo" y "La Gran Avería" el poeta y editor francés Francis Combes.
Logró pintar con cada estrofa la realidad que enfrenta el mundo recitando que "durante varias semanas en la Tierra todo se detuvo" y quedó claro que "la vida tenía más valor que el dinero (...) y había que ocuparse de lo que realmente importa: el amor, los niños, la vida, la poesía".
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Bajo esa misma premisa se movió en el cierre del recital el poeta chileno Oscar Saavedra, al dedicar sus poemas a las personas que "están pasándola mal", e invitó a la unión en estos "tiempos difíciles".
Incluso expuso en su intervención que el WPM quiere una "revolución poética" y consideró que "toda la tragedia que estamos viviendo" se puede llevar "al lenguaje, la palabra y la acción". EFE
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