Ismael termina siendo un hombre sabio para Felicito, al que le asegura que no debe echar a perder algo seguro y bueno con su mujer por alguien nuevo sin saber qué va a suceder. Felicito decide tomar el consejo en serio y hacerlo realidad.
Aunque le cuesta mucho, Felicito le pide perdón a Gertrudis por sus errores aunque no le dice cuáles y al día siguiente visita a Mabel para decirle que lo suyo ha terminado para siempre.