Cuando todo parecía estar en orden, una mensaje de una empleada del edificio le salvó el cuello a Botero, pues le dio tiempo para escapar junto con Cristian y esquivar, solo por un momento, la muerte.
Tras este incidente, los hombres de Ortega persiguieron a Botero y le dispararon, y a pesar de que lo llevaron a donde su jefe no pudieron sacar la información que necesitaban antes de que muriera.