En su búsqueda de un riñón compatible, Aurelio establece contacto con tres hijos naturales cuya existencia desconocía: el cantante de corridos Nicandro “Niki” Limón, quien muere misteriosamente cuando está a punto de donarle su riñón a su padre, el traicionero Nazareno Ramírez y el corpulento pollero Ismael Guerra, con quien logra entablar una relación.
Ismael Guerra es un sujeto terriblemente desconfiado y de muy baja moral que heredó de Aurelio la sangre fría, el valor y el arrojo para las balaceras. Al principio, este hombre de particular crueldad choca con Aurelio pero con el paso del tiempo se transforma en su aliado.