Al ver el nutrido currículo de Eli, Fernando no duda un instante en contratarla en la clínica mientras su asistente termina la licencia de maternidad. La costeña se siente completamente feliz, es una oportunidad única que le permitirá ganar experiencia y más dinero.
Lo único que se interpone en esa felicidad, es el compromiso y cariño que le tiene a las Martínez y a la cevichería. Por lo que decide ayudarlas atendiendo hasta que consigan a alguien que la remplace.