El juego de béisbol de Alejo contra el equipo de Bocanegra le quitó el sueño por completo al cachaco, pues no para de pensar en que no puede hacer el ridículo en frente de Eli. Para poder dejar su nombre en alto, Alejo decide buscar a su papá para que le enseñe a batear.
Teo aprovecha está oportunidad para pasar tiempo de calidad con su hijo y revelarle los secretos de este deporte. Al final, Alejo terminó siendo un buen jugador de béisbol.