Felicito y Miguel se encuentran cara a cara en Bogotá y tienen la oportunidad de hablar y de saber cuál fue el punto de partida para que el joven tomara la decisión de vengarse. Más que el amor a Mabel, Miguel se sentía decepcionado porque su padre había dejado de querer a Gertrudis.
Su discurso sobre honestidad y rectitud no aplicaban a la vida real porque él le era infiel a su esposa y no tenía ningún valor moral para exigirle a sus hijos que fueran buenos.