Definitivamente cada pareja piensa en lo suyo y la camaradería del inicio del juego ha quedado regelada a pensar solo en conseguir una victoria, olvidando ayudar a sus compañeros.
Cada pareja deberá llevar un pequeño marrano a lo largo de todo el recorrido por la primera inmunidad de la etapa.
Papa e hijo quienes fueron los que ganaron el primer dragón dorado, asignan el lastre a la pareja de amigas a quienes les toca agarrar a su propio marrano y eso les causa algo de dificultad y las retrasa un buen tiempo.
Al amanecer los hermanos toman la delantera porque el señor que les dio hospedaje se ofreció a llevarlos. Una competencia con un resultado inesperado.