Alejandro y Fernando, en medio de una noche de copas, deciden hacer una importante apuesta que se resolverá en medio de una pelea de boxeo en el ring, el costeño es un exganador en el deporte mientras Alejo nunca le ha ido bien con los golpes.
Los dos hombres se van al ring y Fernando le da una buena paliza al cachaco, lo deja como un muñeco de trapo. Eli se ofusca y le recrimina a su jefe por actuar de esa forma, él se sincera y le dice que salir victorioso ante Alejo es lo único que le ha podido ganar ya que él ya tiene su amor.