Gertrudis lo intenta todo para recuperar el amor y el deseo de Felicito, tanto así que arregla la cama en la que no han dormido juntos por años, para volver a pasar la noche como una pareja de casados.
Esta estrategia parece funcionarle a la perfección, pero no se imagina que Albeiro está más cerca de lo que imagina. Él le ha dejado un recuerdo en la casa que hace que Gertrudis pierda la tranquilidad y teme lo peor.