Con su identidad falsa, Armida continúa vagando por la ciudad para encontrar un lugar en donde poder refugiarse. Por esto, llega al burdel en donde había trabajado hace unos años como bailarina y se reencuentra con Brigitte.
Armida le pide que la ayude a encontrar a los verdaderos asesinos de Ismael, convencida de que se trata de Escobita, Rigo y Magdalena, y así comprobar su inocencia.