Los populares ‘huecos’ que existen entre los horarios de clases de las universidades sirven para todo. Estudiar, hacer amigos, tomarse una cerveza, inventarse un robot para levantar…
Aunque esta última idea puede sonar descabellada, se convirtió en el levante perfecto de un ingeniero, que llevaba tiempo haciéndole la ‘cacería’ a una de sus compañeras.
Creatividad, un par de cables, cuatro llantas y el resultado final: un carrito con un mensaje que no podía ser más claro: “si hice esto en un hueco, imagina lo que puedo hacer en una cita”.
¡Qué galán! Este video publicado en Facebook muestra cuál fue la reacción de la joven al ver la inusual invitación a salir.
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