Samsung quería alcanzar lo más alto cuando lanzó su nuevo smartphone en un mercado ultracompetitivo. En lugar de ello, ahora está al borde del abismo.
¡Tremendo tropiezo de Samsung! La empresa tendrá que dejar de vender uno de sus productos
Lo que con su Galaxy Note 7 pudo ser un mero contratiempo técnico de algunos aparatos, se ha convertido en verdadera crisis de incalculables daños en un mercado donde la confianza y la fidelidad a la marca son primordiales.
El gigante surcoreano certificó este martes el fiasco de este smartphone al suspender su producción, pedir a sus socios que dejen de vender este móvil de última generación y recomendar a los usuarios que lo apaguen por un riesgo de explosión de sus baterías.
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Las consecuencias pueden ser desastrosas pues las series de los Note y de los smartphones Galaxy S, son sus armas emblemáticas en el duro combate que libra, en el segmento de gama alta, contra su competidor Apple.
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Los analistas estiman que este caso podría costarle a Samsung 10.000 millones de dólares o más. Y lo más inquietante es el impacto a largo plazo en la imagen de la marca a nivel global.
La crisis con el Note 7 se produce además en un momento crítico para el grupo, ahora en plena transición generacional de su dirección, cuya capacidad para tomar buenas decisiones es cuestionada.
Todas las miradas se centran ahora en el presunto heredero, su hijo de 48 años, J.Y. Lee, recientemente nombrado en el consejo de administración de Samsung Electronics.