Alba Mirna Rodríguez Herrera, conocida en el mundo del espectáculo como Albita Rodríguez, es una artista carismática y talentosa que ofrece shows donde se combina la fuerza y la intimidad en una velada inolvidable para aquellos que se deleitan con su prodigiosa voz. Décadas en el mundo del entretenimiento la han llenado de logros, pero también de desafíos difíciles de sortear.
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Nació el 6 de junio de 1962 en La Habana, Cuba y viene de una familia campesina extensa. Sus padres eran cantantes de un ritmo conocido como punto guajiro, por lo cual creció entre la música. "Mi casa era mucho ambiente. Pasaba mucho músico, mucho poeta, mucho escritor. Había un ambiente de artistas muy bonito", destacó la artista.
A los 7 años comenzó a trabajar en programas de radio y televisión para niños. Pese a que la vena artística corría en la familia, sus padres no querían que ingresaran al gremio, especialmente por los desafíos que representan en el mundo del espectáculo.
Su hermano siempre fue una de las personas más importantes de su vida y quien la apoyó en su sueño de hacer música. Un agresivo cáncer le arrebató la vida, algo de lo cual no ha podido recuperarse.
Para los expertos, Albita Rodríguez es una de las mayores exponentes de la música cubana, reconocida por mantener la esencia de su tierra. "Mantener esos orígenes y ese ADN musical durante tantos años sin caer en la tentación de otros géneros musicales habla muy bien de ella", acotó Luis Laverde, director musical de Start Music.
Reconoce que, aunque ama su tierra, no es un entorno fácil para vivir, especialmente porque el tipo de música que interpreta no era bien vista por el gobierno. En un punto llegó a ser una estrella internacional que encabezaba los rankings, sin embargo, esto se vio reflejado mínimamente en su economía.
Tras vivir un par de años en Colombia, decidió volver a Cuba, pero terminaría tomando sus ahorros y escapando a Estados Unidos, donde consiguió ampliar su proyecto musical e incluso tener su propio programa de televisión.
"Cuando yo crucé la frontera yo venía absolutamente segura que yo no iba a cantar más, porque mi obsesión, lo que yo quería era sacar a mi familia de Cuba, sobre todo a la niña que yo quería que tuviera otras posibilidades de vida. Yo decía: 'tengo que trabajar en lo que aparezca que me dé plata", confesó Albita Rodríguez.
Otro de sus grandes retos fue tener que luchar contra los estragos del COVID, una enfermedad que, en un punto, pensó que la iba a matar. "Por poco me muero. Estuve muy grave, de hecho yo llamé a mi casa a decir que me iba a morir. Estaba muy mal", comentó la compositora.
Los altibajos no la han detenido y hoy, con más de 60 años, se siente con toda la vitalidad para continuar llevando su música a muchos países. Madre de un adolescente y amante de la vida en familia, admite que uno de sus sueños es poder volver a Cuba, la tierra que la impregnó con su pasión por el arte.
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