Todas las noches, el Desafío The Box les exige al máximo a todos los competidores de cada uno de los equipos, demostrando que no existen límites para el cuerpo de cada uno de ellos; pero más allá de esto, el lado humano sale a relucir dentro de la Ciudad de las Cajas. En este caso, Valentina González Echeverri, quien formó parte del equipo Beta, durante su estadía en el reality dejó en claro que ella es más que una cara y cuerpo bonito en todos los ámbitos.
Esta joven, de origen paisa, representó en un principio al equipo de los antioqueños. Se considera una mujer echada para adelante, trabajadora y disciplinada. El deporte, como a la mayoría de desafiantes, le cambió la vida y hace parte de su rutina diaria, además, es emprendedora de su propia repostería, de la cual se siente orgullosa y presume en sus redes sociales.
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Para sus compañeros y rivales, su salida prematura de la competencia dejó un impacto en sus colegas, pues al haber sido sentenciada por parte del equipo Gamma, los miembros de su escuadra tenían la seguridad y la fe en que ella no saldría eliminada del juego, sin embargo y como ella lo menciona, la suerte jugó un papel fundamental en el Desafío a Muerte, donde lamentablemente su historia finalizó junto a Leticiano.
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Dentro de la casa Beta, Valentina destacó por su manera de ser, ya que se caracterizó por su bondad, honestidad y empatía con los otros conjuntos, tal es el caso en donde ella tuvo una pequeña interacción con Ossa, justo antes de citar a los Súper Humanos a su siguiente prueba, cuando Andrea Serna les pide que hablen con los miembros de los otros equipos haciendo un par de preguntas; sin embargo, las revelaciones de la paisa dejaron un ambiente de picardía y risas.
Finalmente, a través de su Instagram comparte sus pasiones y otras facetas como el modelaje, en las que sus seguidores la halagan por su belleza y gran físico obtenido gracias a la disciplina del crossfit.
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