Dionisia intenta rechazarlo, pero el gusto hacia Carmelo puede más que la cordura de saber que se está involucrando con el hijo de su amiga. Ambos tienen su momento de pasión, lo que deja totalmente encantado a este joven, que no puede resistirse a verla en repetidas ocasiones.
La madrina de Nevis termina ofreciéndose a ser la mujer que le enseñe cómo conquistar y complacer a una mujer en la cama.