Carmelo perdió a su papá siendo muy pequeño, por lo que su madre, Anabel, se encargó de sacarlo adelante y darle una vida digna. Al crecer, este joven no puede esconder los sentimientos negativos que albergan su corazón, y la arrogancia y envidia lo harán cometer muchos errores.
Es ese mismo egoísmo lo que Édgar Vittorino considera que tiene en común con su personaje ya que, como él mismo lo afirma, era así desde niño.
Así mismo, el actor habló de las escenas más difíciles de interpretar y de los retos que ha superado gracias a este personaje.