Mafioso del barrio. Tío de Charly. De aspecto imponente, facciones marcadas y mirada intimidante. Al mejor estilo de Ze Pequenho en “Ciudad de Dios”, controla cada uno de los parpadeos de la zona con solo una mirada: Si hay una vuelta no autorizada, el más malo de todos se hace sentir sin dar visaje y sin que nada le tiemble.
Cada negocio, cada transacción, cada actividad, y por supuesto el mercado negro de armas y droga que pasa por ahí debe contar con el visto bueno suyo. Su figura inspira respeto y miedo. Quienes lo conocen desde hace tiempo y se portan bien con él saben que más allá de sus excentricidades, detrás de ese hombre imponente que vive rodeado de chicas prepago, en su vida privada es un tipo más bien reservado.
La imagen de hombre duro y frío es una barrera que esconde la sensibilidad de un hombre resentido. Además, de un tío nostálgico, decepcionado de su único sobrino.
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