La actriz Salma Hayek no puede atribuirle todo el mérito del juvenil aspecto que conserva a sus casi 50 años a una genética privilegiada o a un estilo de vida equilibrado, ya que cuenta con la ayuda inestimable de su masajista japonesa Makiko para rejuvenecer su rostro.
"Mi secreto de belleza se llama... Makiko. Es mi masajista japonesa. ¡Es una verdadera maga! Me tensa la piel de la cara, de la frente, de las mejillas, con solo unos movimientos. Después de cada una de nuestras sesiones tengo la impresión de haber rejuvenecido diez años. Muchas gracias, Japón", explicó la mexicana en una entrevista a la revista Gala.
Sin embargo, Salma también es consciente de que a ella le resulta más fácil afrontar con gracia el paso del tiempo porque es una privilegiada.
"Llevo muy bien el cumplir años, pero eso es muy fácil decirlo cuando eres una privilegiada como yo. Tengo un marido maravilloso y una niña increíble. No todas las mujeres tienen esa suerte. Muchas de mis amigas me han explicado lo difícil que les resulta encontrar un buen hombre y lo cansado que puede llegar a resultar gestionar la vida familiar".
Publicidad
Su marido, el empresario francés François-Henri Pinault -padre de su hija Valentina (8)-, juega un papel esencial a la hora de permitir a Salma compaginar su vida familiar con su carrera en la industria del cine.
"Mi marido no se siente amenazado, es un progresista. Alienta mi espíritu empresarial y mi independencia. Es mi mayor apoyo".
Publicidad
Por: Bang Showbiz