La verdadera razón por la que Perrie Edwards acabó llorando durante el concierto que ofreció junto a su grupo Little Mix este miércoles fue que se sentía increíblemente afectada después de enterarse de que su exprometido, Zayn Malik, había cancelado la compra de la mansión valorada en 3 millones de libras (4 millones de euros) que la joven pareja tenía pensado compartir.
"Cuando Zayn abandonó One Direction, él y Perrie tuvieron que hacer frente a los rumores de que iban a terminar su relación. La compra de esa casa les mantenía unidos. Después de que Zayn la dejara a través de un mensaje de texto, descubrir que los planes para adquirir la propiedad se habían cancelado fue demasiado para ella", asegura una fuente al periódico The Sun.
La lujosa vivienda, que Zayn y Perrie visitaron hace apenas dos meses, cuenta con cinco habitaciones, una sala de juegos, un gimnasio y un cine, y ahora ha sido puesta de nuevo en el mercado.
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A principios de esta semana, un antiguo amigo de Zayn, con quien el cantante rompió todo contacto hace poco, afirmó públicamente que el joven había iniciado un camino hacia la autodestrucción alienando a sus fans y a personas muy importantes dentro de la industria musical antes del lanzamiento de su primer disco en solitario.
"Es un chaval que necesita madurar. Todo esto está siendo muy malo para él. Se está convirtiendo en una especie de Chris Brown, pero sin ninguno de sus éxitos. Ahora mismo está en modo autodestructivo y espero que tenga a alguien a su lado para ayudarle. Pero dudo que lo tenga, por eso me preocupa. Está enfadando a un montón de gente, es difícil imaginar que le vaya a quedar algún tipo de apoyo cuando por fin esté listo para publicar su música", explicaba el mencionado amigo al mismo medio.
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