El suicidio del constructor Christopher Pariseletti en la casa de Olivia Newton-John el mes pasado ha dado lugar a que la supersticiosa cantante haya contratado el servicio de un sacerdote católico para llevar a cabo un ritual sagrado y limpiar su vivienda de espíritus oscuros.
La artista no estuvo sola durante el rito eclesiástico que se llevó a cabo en todos los rincones de la propiedad, sino que estuvo acompañada por su marido John Easterling y dos amigos que contemplaron cómo el cura recitaba salmos a la vez que rociaba con agua bendita la vivienda.
La ceremonia religiosa ha tenido lugar un mes después de que el cadáver de Pariseletti fuera hallado en la vivienda que la intérprete posee en la localidad Jupiter Inlet Colony (Florida) tras dispararse a él mismo con una escopeta.
La fuerte superstición de Olivia ante este tipo de sucesos ha dado lugar a que la reputada artista haya puesto en venta la vivienda y, a pesar de haber disminuido su precio inicial en 200 000 dólares (148 334 euros) tras el trágico incidente, no encuentra a nadie dispuesto a adquirirla.
"La casa tiene ahora una reputación sombría y por eso nadie quiere comprarla. Además, cualquiera que la compre va a saber que alguien se voló los sesos ahí. No es el hogar más acogedor para vivir", comentó un agente inmobiliario al diario Daily Express.
A pesar de estar situada en un área donde viven estrellas como Kid Rock o Tiger Woods, la vivienda solo ha recibido la oferta de la comediante Rosie O'Donnell, que retiró más tarde su proposición por respeto al fallecido.
Fuente: Bang Showbiz