La actriz Mandy Moore no ha dudado en compartir públicamente su teoría sobre el positivo impacto que habría tenido en su carrera interpretativa el hecho de haber optado por debutar en la gran pantalla luciendo una brillante cabellera castaña, un tono que nada tiene que ver con el rubio angelical que solía lucir en su etapa anterior como cantante y que, a su juicio, le ayudó a forjar una nueva personalidad artística que permitiera al público dejar de identificarla únicamente con su pasado musical y poder triunfar así con películas como la aclamada 'Un paseo para recordar'.
"Bueno, la verdad es que durante una época fui rubia y, desde entonces, creo que no he vuelto a tener ese color. Volver a mi tono de siempre fue una experiencia claramente transformadora, porque llegó en un momento en el que se me asociaba directamente a la industria de la música y se me juzgaba desde esa óptica. Mi decisión de teñirme el pelo tuvo un efecto muy significativo en la percepción que la gente tenía de mí y también en la forma en que yo me veía a mí misma", reveló a la revista Entertainment Weekly.
Aunque han pasado 15 años desde que consiguiera reinventarse como intérprete gracias al drama romántico que coprotagonizó junto al apuesto Shane West, la versátil artista recuerda a la perfección algunas de las muchas anécdotas que le dejó el rodaje de la cinta que la devolvió a lo más alto de la industria del espectáculo.
"La verdad es que me hacía mucha ilusión poder dar vida a un personaje cuyo estilo era muy discreto y que no se destacaba precisamente por tener una vestimenta llamativa, a diferencia de lo que me ocurría en otros planos de mi vida. Y la verdad es que yo nunca fui una de esas chicas que le dedican mucho tiempo y esfuerzo a la tarea de maquillarse. Para mí nunca fue demasiado importante", confesó en la misma conversación.
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