Foto: AFP
La popular cuenta de Instagram de Kim Kardashian es una mezcla de selfies sugerentes, publicaciones destinadas a promocionar sus distintas aventuras empresariales e instantáneas domésticas, todos ellos con un denominador común: una cuidada composición destinada a mostrar la imagen más favorecedora posible de la estrella.
Sin embargo, ahora la celebridad ha querido mostrar la cara oculta detrás de esas imágenes utilizando como ejemplo el último posado junto a Kanye West y sus pequeños North, Saint y Chicago.
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"No creo que nadie entienda lo realmente complicado que resulta sacar una buena foto de familia. Esto es todo lo que pudimos conseguir antes de que los tres niños se pusieran a llorar a la vez. Creo que hasta yo lloré", ha confesado la estrella televisiva junto a la imagen en que aparece con su marido Kanye West y su prole.
Pese a que sus pequeños hicieron todo lo posible para ponerles de los nervios, lo cierto es que en la fotografía en cuestión tanto Kim como Kanye posan como unos verdaderos profesionales, mirando directamente a la cámara con su gesto habitual; él sin un ápice de sonrisa y ella poniendo morritos. Y no deja de tener cierto mérito que la estrella consiguiera mantener la compostura al mismo tiempo que intentaba controlar los arranques de escapismo de su niño, que no estaba por la labor de colaborar manteniéndose quieto durante más de un minuto.
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"Con una mano estoy sujetando al bebé y con la otra agarrando la parte de atrás de la camisa de Saint porque no paraba de echar a correr", añadió para justificar la cara de pocos amigos que el mediano de sus tres hijos muestra en la imagen.
Por: Bang Showbiz
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