La actriz Keira Knightley -que dio a luz a su hija Edie el pasado mes de mayo- se quedó asombrada con la transformación de su cuerpo durante el embarazo y con lo que tanto ella como su marido James Righton han sido capaces de afrontar desde que se convirtieran en padres.
"Tengo que decir que como mujer siempre odias ciertas partes de tu cuerpo. Pasas por esos periodos en los que te miras al espejo y piensas: 'Si tuviera las piernas diferentes, o los brazos, o lo que sea'. Pero una vez que pasas el embarazo, el parto y el alimentar al bebé terminas como: '¡Guau! Mi cuerpo es asombroso, y nunca más diré que no me gusta, porque ha sido capaz de hacer esto y es j*didamente extraordinario'", asegura la intérprete en el nuevo número de la revista Elle.
Keira se encuentra además abrumada por su amor "primitivo" hacia la pequeña.
"El amor es algo sorprendente. Es algo primitivo, un amor muy primitivo. Es extraordinario. Y la habilidad de no dormir y a pesar de eso continuar. No es agradable, de hecho nunca pensé que yo podría hacerlo durante tanto tiempo".
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