La cantante Katy Perry ha iniciado una dura batalla para hacerse con un viejo convento en Los Ángeles por 14 millones de dólares después de alcanzar un acuerdo con el arzobispo José Gómez.
El único obstáculo que se interpone ahora entre la estrella y su objetivo son las cinco monjas del convento, que han acordado venderlo a la empresaria Dana Hollister para que lo convierta en un hotel por un millón de dólares más de lo que ofrece Katy.
Las monjas y el arzobispo se están enfrentando ahora por los derechos del edificio.
Katy habría intentado ganarse a las hermanas visitándolas para ofrecerles una versión góspel del tema 'Oh Happy Day' y demostrarles su fe presentando como prueba el tatuaje religioso que luce en la muñeca.
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"Nuestros días no han conocido la paz desde entonces, se lo puedo asegurar", declaró la hermana Rita Callanan al programa TODAY, donde dejó entrever que no tiene en muy buena consideración a Katy desde que vio su actuación en el intermedio de la Super Bowl, que incluyó trajes atrevidos y acrobacias aéreas, a principios de este año: "Pensé: '¿Es esa una manera de hacer dinero? Quizás yo podría ir volando por ahí también. ¡Podría ser una monja voladora!'".
Por Bang ShowBiz
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