Aunque todos los invitados conocían de antemano las extremas medidas de seguridad que rodearían el enlace, los asistentes a la boda de Kanye West y Kim Kardashian empiezan a estar muy molestos con la "paranoia" del rapero sobre la posibilidad de que los detalles de la ceremonia acaben en las páginas de los tabloides, así como con la falta de información sobre el lugar donde se celebrará el banquete.
"Todo el mundo se está hartando ya de la confusión que existe en relación a sus planes de boda. Kanye está furioso por culpa de los chivatazos que algunos de sus amigos han dado a los medios, pero ha empezado a actuar como un paranoico para detectar a todos aquellos en los que no puede confiar. A cada invitado le ha pasado un programa de actividades diferente, dejando a todo el mundo confundido", aseguró una fuente al portal RadarOnline.com.
Por el momento, las numerosas personalidades que acudirán a la que sin duda será la boda del año solo conocen con exactitud el primer emplazamiento de su periplo europeo, París, donde este viernes se celebrará la fiesta previa al gran día de los dos enamorados, que probablemente se celebre el sábado en la ciudad de Florencia (Italia) debido a la relación especial que tanto Kim como Kanye mantienen con la histórica villa.
Sea cual sea el escenario elegido finalmente, la polémica pareja de estrellas ya ha informado a sus allegados de que se les solicitará la entrega sus teléfonos móviles a las puertas del recinto por razones de seguridad, para asegurarse de que nada arruina la hipotética exclusiva por las imágenes de la jornada.
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Esta última medida es una de las que más ha molestado a los asistentes -pese a que dispondrán de nuevos teléfonos durante el tiempo en que los suyos permanezcan confiscados-, ya que encuentran muy enervante que sus seres queridos no sepan cómo ponerse en contacto con ellos durante su viaje por Europa.
"Los familiares de los invitados están muy enfadados porque no tienen ni idea de dónde se encontrarán sus allegados en todo momento, ni cómo podrán ponerse en contacto con ellos, y eso es un motivo de preocupación", declaró el mismo informante.
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Tanto Kim como Kanye parecen tener otro tipo de inquietudes que nada tienen que ver con el bienestar de sus invitados, sobre todo después de haber tenido que cambiar varias veces el escenario de su boda, que en principio debería haber tenido lugar en Francia. Sin embargo, ambos se vieron obligados a cambiar de idea debido a la normativa gala que establece que la pareja tendría que residir durante al menos 40 días en territorio francés antes del enlace.
"Kanye todavía piensa que el gobierno francés dará su brazo a torcer simplemente por ser quien es, aunque no sabe todavía lo que hará finalmente", aseguró otra fuente al mismo medio.