Como si no fuera un ídolo de masas, Justin Bieber paseó tranquilamente por las calles de Beverly Hills con un cómodo conjunto en el que los complementos daban el toque de color. El cantante eligió una camiseta ancha de tirantes blanca, vaqueros y un gorro rojo, que además combinó con unas gafas de aviador, una cadena dorada y su brazo completamente tatuado.
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