Aunque Gwyneth Paltrow y Chris Martin sean quienes más han popularizado, o rentabilizado, el término 'separación consciente' y la amistad que han sabido conservar incluso después del final de su matrimonio, ellos no son ni de lejos las únicas celebridades divorciadas que mantienen una relación cordial.
De una forma mucho más discreta, es decir, sin un artículo en The Goop de por medio, el actor James McAvoy y Anne-Marie Duff también anunciaron su decisión de seguir caminos separados en 2016 y, tal y como explica ahora ella, a día de hoy siguen estando muy presentes el uno en la vida del otro.
"Tenemos un hijo, compartimos el mayor vínculo que pueda existir entre dos personas, y para nosotros esa siempre será nuestra prioridad", ha asegurado ahora la actriz en una entrevista a The Times.
Los dos intérpretes se conocieron y enamoraron rodando la primera temporada de la popular serie 'Shameless' en su versión inglesa, tras lo cual compartieron una década de su vida durante la que dieron la bienvenida a su único hijo. Pese a que el suyo pueda parecer un divorcio modélico, Anne-Marie no trata de ocultar la evidencia de que toda ruptura lleva aparejada un período de dolor y tristeza.
"El divorcio es una experiencia difícil y muy profunda. Sencillamente lo es. Es como si te fueras a la cama a dormir y al día siguiente te despertaras en medio de un huracán. Y sin que nadie te avisara de que se avecinaba una tormenta. Y cuando eres una persona conocida, no hay forma en que puedas mantener ese huracán confinado a tu hogar, porque caminas por la calle con él al lado y todo el mundo puede verlo", reconoce, antes de pasar a hablar de cómo afrontó una persona tan privada y relativamente poco reconocible como ella el interés por su privacidad en un momento tan delicado.
"La mayoría de las personas solo tienen buenas intenciones. Solo te desean lo mejor, pero no dejan de ser completos extraños y durante un tiempo tienes que lidiar con todo eso, y ser la mejor versión posible de ti misma. En mi caso, puede que necesitara desconectar y refugiarme un lugar en que pudiera reconectar conmigo misma de la forma menos pública posible. Tuve que comportarme como una adulta y, al fin y al cabo, todos tenemos que lidiar con nuestras mi**das, ¿no es cierto?".
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