La diseñadora Donatella Versace no ha dudado en defender el derecho de las mujeres a sentirse 'sexys' sin que ello deba interpretarse automáticamente como una actitud de sumisión hacia el hombre, por lo que la firma que dirige desde el asesinato de su legendario hermano Gianni en 1997 seguirá produciendo prendas que transmitan la idea de que la "feminidad" y la sensualidad no están en absoluto reñidas con la lucha femenina por la igualdad y la emancipación.
"Para mí, sentirte fuerte y poderosa tiene mucho que ver con exhibir tus mejores looks, con proyectar tu feminidad sin complejos. Ser sexy es una actitud que no tiene por qué estar directamente ligada al sexo. Puede significar algo así como: 'Mírame, tengo algo que decir'. El empoderamiento femenino no tiene que reflejarse en un par de vaqueros y una cara sin maquillaje", ha explicado al diario The Times antes de lanzar un evidente dardo a lo que considera el sector más radical del feminismo. "¿Qué se supone que tienes que hacer para poder ingresar en el movimiento #MeToo, dejar de ser sexy?", ha apostillado.
Por otro lado, la directora creativa de Versace tampoco ha tenido reparo alguno a la hora de pronunciarse sobre la pesada losa que cayó sobre sus hombros cuando su adorado hermano fue asesinado a sangre fría por el despiadado Andrew Cunanan, ya que además de perder a la persona más importante de su vida, Donatella tuvo que afrontar una serie de responsabilidades para las que por aquel entonces no estaba preparada.
"Durante mucho tiempo viví en un estado de bloqueo mental. Una marca icónica con un legado espectacular puede ser algo muy bueno, pero también puede implicar mucha presión. Le tenía tanto respeto a la firma que me daba hasta miedo. Cometí muchos errores en el pasado, pero después empecé a sentirme más libre. Quise mostrarme tal como era y dije: 'Aquí estoy, o me tomáis o me dejáis'", ha reflexionado sobre una etapa tan intensa y turbulenta.
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