Florentino inició su carrera musical vendiendo mangos en las calles de su pueblo donde no dejaba de entretener a clientes y extraños con canciones de su propia inspiración, especialmente las que dedicó a Tina, la mujer de la que siempre estuvo enamorado.
Él aprovecha su talento para conquistar: ese es el defecto de Florentino, no puede ser hombre de una sola mujer, aunque sabe que Tina es su debilidad.