En medio de la expectativa que despertaba el concierto de Fito Páez en Bogotá, un colombiano nacido en Paipa llegó para darle inicio a la fiesta musical que los asistentes al Palacio de los Deportes de la capital estaban por presenciar.
Se trataba de Chris Mosquera, que con su guitarra en mano y sin ningún complejo emocionó al público cantando canciones como ‘Beauty’ y ‘Cuánto me gustas’.
Al terminar, el público estaba listo para el show principal:
¡Oe, oe ,oe, Fito, Fito!
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Este grito se repetía desde las altas tribunas del escenario hasta los lugares más cercanos a la tarima. El público llamaba a su ídolo, una leyenda del rock en español que volvía para recordarle a Colombia, cómo, allá en 1985, se empezaba a consolidar como uno de los grandes artistas de América Latina.
El reloj marcó las 8:00 pm, Fito Páez no aparecía en el escenario y algo de nerviosismo se apoderaba de un público ansioso. Sin embargo, la espera valdría la pena.
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♪ Giros, existe un cielo y un estado de coma, cambia el entorno de persona en persona ♪
Vestido con un traje a rayas blanco y negro, su cabellera alborotada y una barba de varios días que ya evidencia sus más de cincuenta años, Fito apareció para darle alegría a una gran fanaticada.
En el piano, demostrando uno de sus mejores talentos, interpretaba la primera canción del álbum y giraba sobre sí mismo provocando algarabía y emoción en el público.
“Lo que yo amo es que mi vida se vaya todos los días arriba del instrumento”, llegó a decir el cantante argentino en una entrevista concedida a Los Informantes y eso fue precisamente lo que hizo; junto al piano y una banda de lujo fue interpretando canciones como ‘Taquicardia’, ’11 y 6’ y ‘Narciso y Quasimodo’.
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Por un momento Fito Páez desapareció del escenario para regresar con un nuevo ‘look’, abrigo y gafas negras, el show continua:
♪ Quién dijo que todo está perdido, yo vengo a ofrecer mi corazón ♪
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Al repertorio propio de ‘Giros’ se fueron uniendo otras canciones que el propio argentino confesó no había tocado nunca antes en Bogotá, de álbumes como ‘Ciudad de Pobres Corazones’.
A pesar de que el Palacio de los Deportes no estaba lleno, cada uno de los fanáticos se multiplicaba cuando el cantante rosarino los dirigía en una sinfonía que terminó por hacer derramar lágrimas en algunos de los más aficionados.
♪ Y dale alegría, alegría a mi corazón, es lo único que te pido al menos hoy
Y dale alegría, alegría a mi corazón♪
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Uno de los momentos más sublimes de la noche llegaría justamente con esta canción, cuando toda la banda y Fito Páez se detuvieron, pasaron al frente y vieron cómo el público entonaba sin parar esta letra.
A este le siguieron otros éxitos del cantante argentino, pero el concierto no podría terminar sin la canción que se dio a conocer en 1994, el ritmo que pondría a todos los asistentes de pie para cantar a todo pulmón.
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♪Todos yiran y yiran, todos bajo el sol, se proyecta la vida mariposa tecknicolor♪
Una bufanda con los colores de Colombia en su cuello, una promesa y un mensaje, así se cerraba el telón de este fabuloso concierto:
“América unida jamás será vencida, los amo, hasta el próximo disco”
Fito Páez volvió a Bogotá, lo hizo de la mejor manera, viajando en el tiempo para traer de vuelta algunas de sus mejores canciones, pero su voz sigue intacta a pesar de los años, su estilo parece inconfundible y todavía sigue dándole alegría a tú corazón.
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Por: Carlos Andrés Londoño López
En imágenes: Fito Páez pintó color rock a Bogotá en su celebración Giros 30 años
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