Sin la autorización de Loli, Teófilo decide optar por el beneficio de casa por cárcel y cuando ella llega y lo encuentra en su hogar, los insultos y escobazos son pocos, ella no está dispuesta a soportarlo de nuevo bajo el mismo techo.
No entiende por qué escogió su casa y no cualquier otra de las miles de mujeres con la que le puso los cachos.