Al enterarse que Beatriz era la madre de Alejo, Loli no dudó un segundo en sacarlo a patadas de su casa y de la cevichería por mentiroso. El paso de los días y la experiencia de vivir de cerca el secuestro del cachaco le rectificaron que era un buen hombre.
El primer paso fue recibirlo en la cevichería para que ayudara con los múltiples oficios del negocio y por último, al enterarse que estaba pagando hotel, la costeña le ofrece su hogar para que continúe viviendo tranquilamente en Barranquilla.