Felicito cree que ya está libre de cualquier retaliación de los extorsionistas, pero está completamente equivocado. Luego de su noche con Gertrudis, Felicito es sorprendido por dos hombres en moto que le exigen que pague el doble de lo que pidieron en un principio.
Él se refugia en el alcohol y cree que todo está perdido nuevamente, pero Tiburcio tomará las riendas del asunto y acepta pagar lo exigido.