Ismael necesita encontrar al culpable del fraude de la aseguradora lo más pronto posible para librarse de una condena injusta. Con la ayuda de Armida, pone una trampa a todos los empleados y los mantiene ocupados para enviarles una carta.
Ninguno cae en la trampa y siguen con su trabajo. Sin embargo, Martha, la fiel secretaria de Ismael, está realmente asustada con la carta y queda en evidencia gracias a las cámaras que se encuentran en las oficinas.