A pesar de ser todo un rockstar del humor, Suso se acostumbró a vivir sin lujos ni excentricidades; en su camerino guarda los elementos esenciales que necesita para robarle carcajadas a los colombianos: sus trajes de diseñador y la caja de embolador con la que se dio a conocer.
De embolador a vendedor de empanadas: Suso consigue el trabajo que siempre soñó
Pero el humorista también guarda un lugar para el glamour en sus aposentos, ya que entre sus pertenencias tiene el último grito de la moda, una tanga ‘felisna’ con la que duerme cada noche.