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Cuando Freddy Beltrán, el actor y comediante, era un niño y vivía en la localidad de Usme, en Bogotá, no era el alma de las piñatas ni el más popular.
"Siempre tuve dificultades para comunicarme y establecer contacto social. Era super tímido, todavía lo soy, solo que ahora sí me puedo expresar", contó.
Beltrán recuerda que al hablar en público sufría como ninguno; por eso, a sus 15 años, recibió ayuda psicológica, y dentro de las herramientas apareció el teatro y comenzó a tomar talleres. Además, admite que, gracias al humor, lo superó todo.
"No tenía novia. Me daba miedo el rechazo, me sentía feo, chiquito; no era ni el más chistoso, ni tampoco vago, era retraído, solitario", añadió Freddy.
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La frase: "usted es chistoso, haga comedia" comenzó a calar en su mente, y pronto empezó a estudiar Licenciatura en Ciencias Sociales, en la Universidad Pedagógica.
"Luego de dos semestres me retiré, porque me convertí en papá. Mi hija Merly Dayana nació hace 17 años. Me tocó trabajar en muchas cosas. Fui ruso, acomodé ladrillos y domiciliario. En esa época soñaba con ser artista y cambiar el mundo", dijo Beltrán.
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Después de trabajar cinco años como auxiliar de panadería decidió volver a la universidad, esta vez a la facultad de Artes Escénicas.
Si quieres saber más sobre la historia de vida de Freddy Beltrán y cómo superó sus miedos, adquiere la última edición de la Revista Vea.
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