Ser padre es una experiencia que cambia la vida para siempre, es un rol que llega acompañado de aprendizajes, responsabilidades, desafíos y emociones; mucho más cuando en lugar de uno, te enteras de que vas a ser papá de dos. En este mes de junio, queremos que conozcas la historia de Harold Mosquera, un hombre trabajador que por encima de todo y siendo parte del equipo Compensar, ha comprendido las prioridades en su vida.
En una situación casi inesperada, Harold asegura que su felicidad aumentó cuando se enteró que sería padre de mellizos: "En la ecografía aparecía pues un bebé y no sé, ese día me dio por preguntarle al doctor que si era uno solo (...), así que revisó a mi esposa y en la ecografía dijo: no, felicitaciones... Aquí hay un bebesito y aquí está el otro".
No obstante, este colaborador que trabaja en Compensar hace más de 10 años recuerda que recibió una atractiva oferta laboral cuando sus pequeños Juan Pablo y Gabriela estaban recién nacidos. Sin embargo, decidió rechazarla después de darse cuenta lo que para él agrega mayor valor a su vida y a la de su familia, el tiempo de calidad junto a sus seres queridos.
Con la llegada de los mellizos, Harold confirmó la importancia de participar activamente de su crianza, una decisión que no solo ayudó a su esposa a sobrellevar las largas noches de los primeros meses, sino que afianzó su conexión con ellos:
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"Me dan mucha felicidad día a día, sí, no te voy negar que a veces me sacan canas, se me blanqueó la barba con todas las veces que no me hacen caso, pero me llenan de felicidad, me llenan de orgullo".
Asimismo, con un equilibrio en su vida familiar y laboral, Harold representa a esos padres trabajadores, responsables, dedicados, amorosos y comprometidos, quienes con su ejemplo nos enseñan que ser papá es un acto de amor para toda la vida.
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