Dinora Rosales llega a la hacienda Trueba para reclamarle a los Reyes por haber comprado las tierras de los Morales, pues su familia ya había negociado y gracias a su propuesta dañaron sus planes. Óscar habla con ella y terminan discutiendo fuertemente, lo único que calma a la dominante mujer es la presencia de Juan, con quien se encuentra al salir enojada.
Sarita se encuentra con Franco Reyes, al ir a reclamar por hacer la separación de los terrenos sin consentimiento de su familia. La menor de las Elizondo, espantada, avisa a su familia y todos quedan sorprendidos por la noticia de que ellos son ahora sus vecinos.
Al no estar dispuesta a soportar que hagan lo que quieran, Sara decide dar la orden de tumbar el cercado del límite de sus tierras, puestas por los Reyes. Los hermanos invaden un poco el terreno de las Elizondo para provocarlas. Sara y Franco tienen una gran discusión y ella cae del caballo desmayándose. Gabriela, desesperada, llama a Fernando para que se encargue de la hacienda.
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Sara despierta en la habitación de Franco y piensa que han abusado de ella. Franco la ofende diciéndole que ni loco se fijaría en ella, se encuentra con Eva y se desquita con ella recordarle que es una traidora. Al volver a la hacienda finge haberse caído del caballo y no cuenta que estuvo en la hacienda Trueba, porque lo que más le dolió es que Franco le hubiera dicho que era fea.
Los Rosales deciden hacer una fiesta en honor a los hermanos Reyes, Dinora no deja de aprovechar la oportunidad para coquetearle al mayor, pues la atracción que siente es innegable.
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La mayor de las Elizondo decide cambiar en su aspecto físico, tras las duras palabras que le dijo Franco, decide arreglarse y salir con la frente en alto a continuar la pelea.
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Olegario se presenta en la hacienda de los Reyes para informar que los Elizondo quieren solucionar legalmente el problema de los linderos. Fernando lleva la vocería de los Elizondo y Juan siente celos de él. Gabriela contempla la posibilidad de que Fernando regrese a vivir a la hacienda, pero Norma le deja claro que ella se iría.
Los Rosales invitan a los Elizondo a una fiesta en honor a los Reyes, aunque Gabriela muestra su enojo y rompe la tarjeta de invitación, Sara demuestra interés. Allí Dinora se dedica a tratar de conquistar a Juan.
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La mayor de las Elizondo decide arreglarse e ir a la fiesta en honor a sus enemigos, sin avisar a nadie, y se roba todas las miradas con su belleza.