Cierto es que la diva del Bronx ha perdido algo de peso y varias tallas en los últimos meses -resultado quizá de sus largas jornadas laborales y de algún que otro disgusto en el plano sentimental - pero eso no significa que Jennifer se haya desprendido de las famosas curvas que algunos de sus fans parecen echar de menos.
Durante su actuación en un abarrotado festival de música en Nueva Jersey, la cantante no solo hizo gala de su espectacular físico, sino que también demostró que es eternamente fiel a los ajustados trajes de brillantes que hacen de ella toda una diosa.