La actriz Penélope Cruz se reencontró con su expareja Tom Cruise -con quien puso punto final a su relación en 2004- y con su íntima amiga Salma Hayek ayer miércoles en Londres, donde las tres estrellas compartieron una cena en el restaurante Scott's, situado en el exclusivo barrio de Mayfair.
Tanto Penélope como Salma, que protagonizaron juntas la película 'Bandidas' en 2006, optaron por discretas prendas en color negro en un intento de pasar desapercibidas, lo cual no evitó que los reporteros las fotografiaran despidiéndose muy cariñosamente a la salida del local.
Al final de la velada, la intérprete madrileña demostró que mantiene una excelente relación con su expareja, al despedirse dándole un fuerte abrazo y un beso que acabó dando pie a la anécdota más divertida de la noche, cuando un sonriente Cruise se dejó fotografiar por los paparazzi de camino a su coche sin percatarse de que lucía una mancha de pintalabios rojo en la mejilla.
La relación de Penélope con la estrella de Hollywood comenzó tras conocerse en el set de rodaje de 'Vanilla Sky' y terminó tres años después entre rumores de que la reticencia de la actriz a unirse a la Iglesia de la Cienciología, de la que forma parte Cruise, había sido el principal detonante de su ruptura.
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Sin embargo, desde entonces ambos han mantenido una cordial amistad incluso después de que Penélope se casara con el actor Javier Bardem, padre de sus hijos Leo (4) y Luna (18 meses), y convirtiera el cuidado de su familia en su principal prioridad.
"Necesitas sacar tiempo para tu propia vida y cuando eres madre eso cambia todavía más. La familia es lo más importante para mí, y si tienes hijos, quieres poder criarlos tú misma", aseguraba la actriz al periódico The Mirror en relación a cómo compagina su carrera profesional y su papel de madre.
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