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Pese a que las acusaciones de haber agredido físicamente a su exmarido Nicolás Vallejo-Nágera la han arrastrado de nuevo al centro de la tormenta mediática, la incombustible Paulina Rubio está decidida a no permitir que sus desencuentros con la justicia empañen las vacaciones estivales de su pequeño Andrea Nicolás.
De hecho, la chica dorada ha aprovechado su travesía por aguas mediterráneas -islas griegas- para presumir del inquebrantable vínculo que mantiene con su primogénito a través de las redes sociales, una decisión que podría entenderse como un intento de desacreditar a su exempleada Ivette Ramírez - la niñera de Andrea Nicolás en sus primeros meses de vida-, después de que esta asegurara ante un tribunal de Miami que las agresiones físicas con las que la artista solía responder a los ataques verbales de Colate podrían haber hecho peligrar seriamente el bienestar emocional de su primogénito.
"Este es mi amor", declaró la mexicana en su perfil de Instagram.
Parece que Paulina está disfrutando de una relativa calma estos días gracias sin duda a los mimos y atenciones de su pequeño y de su pareja, el cantante Gerardo Bazúa, quien no ha querido perder la oportunidad de estrechar el vínculo que ya mantiene con el hijo de su chica durante su escapada conjunta.
Curiosamente, pese a la buena relación que parece mantener con Andrea, el cantante protagonizó hace unas semanas una acalorada discusión con su expareja Yuriko -de quien se divorció a principios de este año- en relación al nuevo novio de esta, quien ya habría conocido a los hijos de la expareja, para disgusto de Gerardo.
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