Los problemas de adicción a las drogas del guitarrista de los Rolling Stones, Keith Richards, llegaron hasta tal punto durante la grabación del disco 'Sticky Fingers' en 1971 que su equipo sabía que la mejor manera de localizarle era llamando a sus camellos.
"Había momentos en los que si quería ponerme en contacto con él, tenía que hablar antes con sus camellos para encontrarle", reveló Ronnie Schneider, antiguo mánager financiero del grupo, a la revista NME.
El asunto se convirtió en una verdadera preocupación para todos los allegados a Keith, quien, desde el punto de vista de Ronnie, utilizaba los narcóticos para evadirse de todo.
"En aquel momento, Keith estaba compuesto por un 60% de música y un 40% de drogas. Al principio, comienzas a tomarlas para tu propia diversión, pero al final acabas recurriendo a ellas para escapar del mundo. Keith tomaba de todo", añadió.
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Aunque las adicciones de Keith supusieron un obstáculo durante las sesiones en el estudio, sus compañeros Mick Jagger, Charlie Watts y Bill Wyman ayudaban a sobrellevar la situación porque siempre se presentaban a grabar en perfecto estado.
"A veces Keith estaba borracho. Pero Mick nunca lo estaba, y Charlie y Bill tampoco", aseguró Ronnie, que sin embargo guarda un magnífico recuerdo de aquella época: "Lo más importante que aprendí trabajando con los Rolling Stones es la magia de grabar como una banda, y no haciendo las cosas por separado".
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