El cantante Justin Bieber quiere que su próxima comparecencia ante un juez para prestar declaración en el marco de la demanda interpuesta contra él por uno de sus antiguos vecinos, a cuya fachada arrojó huevos en 2014, se realice bajo el más estricto control y secretismo para evitar que acabe siendo de dominio público a causa de una posible filtración.
Los representantes legales del intérprete han alegado que la divulgación de una grabación del canadiense compareciendo ante la justicia podría generar una tormenta mediática con repercusiones muy negativas para su imagen.
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En su momento, Bieber decidió no recurrir la sentencia derivada de los cargos presentados contra él, optando en su lugar por cumplir una condena en libertad condicional y desembolsar 90.000 dólares a modo de indemnización. Sin embargo, su vecino del barrio de Calabsas afirma que el incidente con los huevos fue tan solo la culminación de varios meses en los que el cantante y sus acompañantes aterrorizaron a los habitantes de la tranquila zona residencial, por lo que también le acusa de provocarle tanto a él como a su familia estrés emocional, una queja que Bieber niega rotundamente.
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A pesar de la preocupación de la estrella de la música por proteger su reputación impidiendo que salgan a la luz los detalles de su próximo paso por los juzgados, la realidad es que sigue acumulando tantos fans como detractores, especialmente después de protagonizar un desagradable incidente el pasado noviembre en Barcelona, cuando golpeó en la cara a un joven que le tocó el rostro a través de la ventanilla bajada de su vehículo mientras hacia su entrada triunfal al Palau Sant Jordi.
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Además, de forma más reciente el artista de 22 años ha sido duramente criticado por lucir lo que parecía ser un abrigo de piel a la salida del club Hyde de West Hollywood, donde no dudó en confirmar a los reporteros que le preguntaron que la prenda no era sintética.